Segurament aquesta història l'haureu llegit o sentit amb alguna altra versió però aquesta a mi em va agradar molt!! em va fer riure perquè no m'esperava el final!!!!!!!!!!!!! No faré cap comentari del conte perquè així tindre la seva originalitat!!!!!!!!!!!!!!!!
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RELACIÓN CON LOS PADRES
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo de algún lugar de oriente, vivía un hombre con cuatro hijos, el menor de los cuales tenía, en el momento de esta historia, alrededor de treinta años. Para ese entonces, sus hermanos contaban con 35, 37 y 40 años. El padre tenía algo más de 60, pero como en esa época el promedio de vida rondaba los 40 años, era prácticamente un anciano y, por lo tanto, tenía todos los problemas propios de la senectud. Su cabeza, su cuerpo, sus esfínteres, su capacidad para valerse por sí mismo, nada de eso funcionaba bien en el viejo.
Un día, el hijo mas joven se casó y se fue de la casa. Se generó entonces el gran problema: el padre se quedaría solo. La madre había muerto a raíz del último parto y los otros hermanos ya estaban casados. En consecuencia no había nadie que pudiera hacerse cargo de ese anciano, con el agravante de que no eran épocas en las que hubiera residencias geriátricas ni dinero para pagarle a alguien que se ocupara de cuidarlo.
Los hijos empezaron a sentir que, pese al amor que le tenían, el padre suponía una complicación. No era posible que ninguno de ellos se lo llevara a vivir a su para hacerse cargo de él. Así es que los hijos tenían verdaderamente un serio problema.
Los hijos empezaron a sentir que, pese al amor que le tenían, el padre suponía una complicación. No era posible que ninguno de ellos se lo llevara a vivir a su para hacerse cargo de él. Así es que los hijos tenían verdaderamente un serio problema.
El meollo del cuento comienza cuando los hijos se reúnen a conversar acerca de cual será el futuro del padre. En un momento dado, se les ocurre que se podrían turnas. Pero pronto advierten que esa solución no va ase suficiente y, además supondría un gran coste para sus vidas. Y entonce, casi sin darse cuenta, empezaron a pensar que lo mejor que les podía pasar era que su padre muriera.
Pese al dolor que implicaba para ellos ese reconocimiento, pronto advirtieron que no podían quedarse esperando a que esto sucediera, porque el padre podía llegar a vivir muchos años más en aquella situación. Pensaron, también, que ninguno de ellos podría soportar esta demora.
Y entonces, misteriosamente, a uno de ellos se le ocurrió que, quizás, lo único que había que hacer era esperar que llegara el invierno. Quizás el invierno terminaría con el. Y fue así como imaginaron que si entraban en el bosque con su padre y se perdía, el frió y los lobos harían el resto...
Y entonces, misteriosamente, a uno de ellos se le ocurrió que, quizás, lo único que había que hacer era esperar que llegara el invierno. Quizás el invierno terminaría con el. Y fue así como imaginaron que si entraban en el bosque con su padre y se perdía, el frió y los lobos harían el resto...
Lloraron por esto pero asumieron que tenían que hacer algo por el futuro de sus vidas. Y decidieron turnarse para cuidar al padre, pero solo hasta la llegada del invierno.
Después de la primera nevada, que fue especialmente intensa, los cuatro hermanos se volvieron a reunir en la casa. Le dijeron al padre:
Después de la primera nevada, que fue especialmente intensa, los cuatro hermanos se volvieron a reunir en la casa. Le dijeron al padre:
- Ven padre, vamos a vestirte porque después saldremos.
- ¿salir? ¿con la nieve? - preguntó el padre sin comprender.
Pero los hijos respondieron:
- Sí, sí, sí, vamos.
El padre sabía que su cabeza no estaba funcionando bien últimamente, así que decidió acatar con sumisión lo que sus hijos decían.
Lo vistieron, casi irónicamente lo abrigaron bien y se fueron los cinco rumbo al bosque.
Una vez allí, comenzaron a buscar un lugar para abandonarlo y desaparecer rápidamente. Se introdujeron en el bosque, cada vez más profundamente, hasta que un momento dado llegaron aun claro. De pronto, el padre dijo:
- Es aquí.
- ¿Qué? -preguntaron asombrados los hijos.
- Es aquí - repitió el anciano.
Supuestamente, el padre no tenía la lucidez suficiente para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Por otro lado, ellos se habían cuidado muy bien de no decirlo. ¿A qué se estaría refiriendo el padre?
- Aquí, aquí. Éste es el lugar -insistió, sudorosa y con la mirada desencajada.
Entonces los hijos preguntaron:
- ¿Qué lugar, padre? ¿De qué hablas?
El anciano les respondió:
- Este es el lugar donde hace veinticinco años, abandoné a mi padre.
MORALEJA
PARA BIEN O PARA MAL ESTA ES LA FUERZA CONDICIONANTE DE LA EDUCACIÓN. TENDREMOS QUE TRATAR A NUESTROS PADRES DE LA MANERA EN QUE ELLOS NOS ENSEÑARON QUE HABÍA QUE HACERLO TRATANDO A SUS PADRES, Y DEL MISMO MODO, NUESTROS HIJOS VAN HACER CON NOSOTROS LO MISMO QUE VIERON QUE NOSOTROS HICIMOS CON NUESTROS PADRES.
AUTOR: JORGE BUCAY
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